La semana laboral de cuatro días, como idea puede ser buena, y en campaña electoral , aún más. Pero no puede olvidarse que primero hay que relegar la cultura del presentismo laboral que tenemos en España, crear buenos sistemas de dirección por objetivos, además de lo más importante: valorar el coste. Hasta que lo anterior no se solucione, la semana de cuatro días y el teletrabajo es muy posible que no tengan el éxito esperado.