Por un lado limita la actualización del alquiler, (por debajo de IPC), y por otro regula el alquiler en las llamadas “zonas tensionadas,". Esto se traduce en que el propietario pierde ingresos, lo que supone otro problema que se suma a los que ya tenía, es decir impagos de la renta, abono de gastos de comunidad, impuestos, tasas, incluso servicios y suministros a los que debe hacer frente incluso en los casos en los que el inquilino no abona la renta, posibles destrozos de vivienda o locales cuando llegamos al desahucio, “ocupas” protegidos.. etc.
Conclusión; pocas ganas quedan de alquilar. Este es mi caso concreto, compre un apartamento para rentabilizar unos ahorros, pero después de alquilarlo varias veces en los siete u ocho años que lo tuve, finalmente , y por todo lo anterior, decidí buscar otra forma de invertir mis ahorros, con menos quebraderos de cabeza, de hecho no he vuelto a alquilarlo más.. . y eso que aún no se había aprobado la reforma, con la que me habría vendido incluso antes.
El caso es que, esta reforma no soluciona el problema de los altos precios del alquiler, siendo lo único que se ha conseguido es que el mercado sea menos atractivo, con la consecuente venta de inmuebles y salida de capital hacia otros mercados.